lunes, 20 de mayo de 2013

Cristo es cabeza del hombre

Dios es ungido por Dios: cuando oyes ungido, debes entender Cristo, pues Cristo se deriva de crisma. El nombre que lleva Cristo significa unción. En ningún otro reino del mundo eran ungidos los reyes y sacerdotes fuera de aquel en el que fue profetizado y ungido Cristo, y de donde habría de derivarse el nombre de Cristo, nombre que no encontramos en ningún otro lugar, nación o reino. Luego es ungido Dios por Dios: ¿con qué aceite, sino con el aceite espiritual?

El aceite visible es un signo, el aceite invisible es un sacramento, el aceite espiritual es totalmente interior. Dios es ungido para nosotros y enviado a nosotros; y el mismo Dios, para poder ser ungido, se hizo hombre. Pero era hombre sin dejar de ser Dios, y era Dios sin desdeñarse de ser hombre: verdadero hombre, verdadero Dios. En nada falaz, en nada falso, porque es siempre veraz, siempre es la verdad. Así pues, Dios se hizo hombre y de esta suerte Dios fue ungido, porque el hombre es Dios, y se ha hecho Cristo.

Todo esto estaba prefigurado en aquella piedra que Jacob se puso a guisa de almohada. Mientras dormía apoyado en aquella piedra a guisa de almohada, tuvo un sueño: Una rampa, que arrancaba del suelo y tocaba el cielo con la cima. Angeles de Dios subían y bajaban por ella. Acabada la visión, se despertó, ungió la piedra y se marchó. Comprendió Jacob que en aquella piedra estaba prefigurado Cristo y por eso la ungió.

Fijaos desde cuándo es predicado Cristo. ¿Qué significa la unción de aquella piedra, especialmente entre los patriarcas que daban culto a un solo Dios? Sucedió en figura y pasó. Pues ungió la piedra y ya no volvió más allí a adorar o a ofrecer sacrificios. Se expresó un misterio, no se incoó un sacrilegio. Observad la piedra: La piedra que desecharon los arquitectos, es ahora la piedra angular. Y como Cristo es cabeza del hombre, la piedra se colocó a la cabeza. Prestad atención al gran misterio: La piedra es Cristo. Piedra viva, recalca Pedro, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa ante Dios. Y la piedra a la cabeza, porque Cristo es cabeza del hombre. Y la piedra es ungida, porque Cristo se deriva de crisma.

San Agustín de Hipona, Comentario sobre el salmo 44 (1920: CCL 38, 507-508)

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